Cuando compras un auto nuevo, esperas calidad, seguridad y garantía. Sin embargo, en México, miles de consumidores enfrentan una realidad distinta: vehículos con fallas crónicas desde el primer día, agencias que evaden su responsabilidad y fabricantes que no dan respuesta.
Mi amiga compró un auto nuevo y desde que lo sacó de la agencia comenzó a tener problemas con el software. Más tiempo ha estado en el taller que en la calle, mientras ella sigue pagando mensualidades y gastando en transporte alternativo. La agencia dice que es problema del fabricante, pero éste nunca responde. Como ella, muchas personas en México están atrapadas en la misma situación.
Las leyes existen, pero no se cumplen. La Ley Federal de Protección al Consumidor establece garantías, y la PROFECO debería defender a los afectados. Pero la realidad es que los procesos son lentos, las soluciones llegan tarde o nunca y, nosotros, los consumidores, quedamos desprotegidos.
Por eso, exigimos a los legisladores:
✅ Un mecanismo ágil y obligatorio de reembolso o reemplazo cuando un auto nuevo tenga fallas crónicas que no se solucionen en un plazo máximo.
✅ Sanciones más severas para fabricantes y agencias que incumplan con las garantías.
✅ Transparencia en las quejas y soluciones, con reportes públicos de PROFECO sobre marcas y modelos con más fallas.
No podemos seguir permitiendo que los consumidores paguen por autos defectuosos sin que nadie asuma la responsabilidad. ¡Firma, comparte y ayúdanos a exigir protección real!