Esta semana, InSight Crime analizó cómo los grupos criminales en la región han evolucionado en el uso de drones. Lo que comenzó como una tecnología rudimentaria —similar a palomas mensajeras mecanizadas utilizadas para contrabandear mensajes y armas en las cárceles— se ha transformado en una sofisticada herramienta del crimen. Hoy en día, los drones son ampliamente utilizados por grupos criminales para ataques aéreos, traficar bienes ilícitos e intimidar civiles y comunidades.
También exploramos las trayectorias criminales de dos narcotraficantes: Marco Ebben, un ciudadano neerlandés cuyo rol en el Cartel de Sinaloa sugiere que los traficantes europeos no son solo clientes, sino que están integrados en la estructura del grupo; y Rafael Caro Quintero, el infame líder del Cartel de Guadalajara involucrado en el asesinato de un agente de La Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés). Además, exploramos si una serie de operativos de seguridad en México contra los principales grupos criminales del país serían suficientes para satisfacer a la administración Trump y analizamos el aumento de los cultivos de coca en Honduras, cuestionando si lo que comenzó como un experimento se ha convertido ahora en un negocio consolidado.