“Los defensores de la gentrificación en Oaxaca hablan del turismo como una actividad bastante redituable, pero los beneficios de estos servicios, instalaciones y comercios de hotelería se dirigen hacia los empresarios turísticos y su clientela y no contemplan las necesidades de quienes trabajan en esos lugares o residen en la ciudad y zona metropolitana de manera permanente”, Rocío Flores escribe un trabajo periodístico donde advierte sobre el creciente malestar social originado por esta política global: la promoción del turismo a gran escala.

Decenas de edificios ruinosos se han transformado en los últimos cinco años en la ciudad de Oaxaca. Debido a las medidas impulsadas por el gobierno estatal para atraer capital del turismo, las calles de la zona centro han tomado otra vista: la arquitectura colonial de la ciudad ha cambiado y se han instalado decenas de cafés, mezcalerías, bares y restaurantes con amplias terrazas donde los clientes pueden disfrutar de las delicias de esta tierra.

Pero, a mediano plazo, se ha observado que estas políticas de promoción turística no han tenido impactos positivos a nivel social: los precios de productos de consumo cotidiano se han duplicado, las ofertas de trabajo entre la población joven cada vez más se limitan al área de servicios, entre ellos en la industria restaurantera; además del advenimiento voraz de empresas inmobiliarias.

Desde el patio de una casa oaxaqueña en la que se promueve la milpa en zonas urbanas y alimentos cultivados naturalmente, escuchamos algunas historias sobre la inconformidad que causan estos cambios entre los residentes locales.

Edith Morales, artista visual y dueña del espacio en que nos encontramos, se queja de los olores. Ella vive en Xochimilco, uno de los barrios más emblemáticos de la ciudad. Al lado de su casa se ha instalado un restaurante. Desde muy temprano el olor es penetrante, huele a grasa quemada y cebolla, como KFC, dice. Ella ha presenciado cómo, en los años posteriores a la pandemia, comenzaron el ruido y otros problemas derivados del creciente turismo.

Y es que, de 567 mil 803 turistas que recibía la capital de Oaxaca en 2020, se pasó a un millón 321 mil 238 turistas en el último año, según las estimaciones de la Secretaría de Turismo. Los defensores de la gentrificación hablan del turismo como una actividad bastante redituable; por ejemplo, desde el gobierno estatal, a cargo del morenista Salomón Jara Cruz, se refieren a una derrama económica para el estado superior a los 21 mil millones de pesos en 2024. Reportaje completo en el primer link.

Rocío Flores, Animal Político Bajos salarios, altos costos en viviendas y malestar social; efectos de la gentrificación en Oaxaca | Notas La Minuta Gentrificación y turistificación en Oaxaca, una metáfora de “Lo que le pasó a Hawaii” – EDUCA | Arranca la segunda etapa de la campaña de “Justicia Ambiental” con un video sobre impactos de la gentrificación – EDUCA | ‘Turistificación’ alienta despojo de territorios, advierten en foro “Pensar la Ciudad” – EDUCA | El Topil 51. La Ciudad: Utopía y Resistencia – EDUCA | Fotografía Carlos Bustamante, tomada de Revista Quixe. Un viaje a la esencia de Oaxaca