La derecha también tiene ya en circulación su catálogo de movilizaciones fin de curso. Ayer la ultraderecha se convocó en Moncloa, con su Santiago Abascal, sus influencers millonarios y sus banderas franquistas. Eran 300 personas. El PP espera conseguir mucho más. Ha anunciado una concentración para el fin de semana que viene. Dice Feijóo que España tiene que decidir entre "la democracia o la mafia". No he podido evitar acordarme del slogan que se usó en 2013 para una manifestación frente a la sede del PP, cuando el 15M empezaba ya a no saber qué decir para romper el bloqueo de un Rajoy impasible ante la crisis social: 'Adiós mafia, hola democracia'. Obviamente Feijóo, con "mafia", no se refiere a la organización de brigadas policiales clandestinas para investigar a movimientos sociales, activistas de izquierdas, dirigentes de Podemos o líderes independentistas, de las que falsificaron informes policiales, pincharon teléfonos, grabaron a todo dios y chantajearon hasta a la Casa Real. Feijóo se refiere a Leire Díez, una militante del PSOE que, aunque desde el PSOE marquen distancias, es obvio que intentaba recabar información comprometedora sobre mandos de la Guardia Civil que siguen hoy operando políticamente contra el gobierno de coalición. El problema no es que el PSOE tenga a alguien buscando y moviendo mierda de sus enemigos políticos (que yo no sé si es así, pero spoiler: todos los partidos lo hacen), el problema es que según las grabaciones que han trascendido de sus reuniones, prometía pactos con la Fiscalía y otros favores a cambio de esa información. Y ahí sí es cuando para combatir a la gran mafia empieza a convertirse en lo que critica y la guerra sucia no tiene fin. - Pero de nuevo, por no perder la perspectiva: la jueza ha enviado a prisión provisional (para que no destruya pruebas) al 'ex número dos' de Interior con el PP por su vinculación con un hacker especializado en ciberataques a bases de datos oficiales.
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