Mientras Estados Unidos mantiene su campaña de presión militar contra el presidente venezolano Nicolás Maduro, llama la atención la poca discusión sobre uno de los aliados criminales más importantes del régimen: el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Maduro ha brindado más que un refugio seguro al grupo guerrillero que nació en Colombia. El ELN comparte la ideología izquierdista del gobierno y contribuye a mantener en la línea a la oposición política. También regula economías criminales como el tráfico de drogas, que alimentan las redes de corrupción y ayudan a asegurar la lealtad de sectores militares.
Pero uno de los papeles más relevantes del ELN —sobre todo ahora, cuando Estados Unidos amenaza con acciones militares— es su control sobre una porción significativa de la frontera entre Venezuela y Colombia.
El presidente Donald Trump ha sugerido que podría ordenar ataques aéreos dentro de Venezuela. Si esos ataques golpearan objetivos del ELN, que se concentran en la zona fronteriza, Maduro tendría aún más incentivos para responder. Un ataque así violaría la soberanía nacional y pondría en riesgo a un aliado del que depende.
En un escenario de invasión a gran escala, el ELN casi con certeza se alinearía con Maduro para intentar frenar a las fuerzas invasoras. Desembarcar tropas y equipo por mar, o entrar desde Guyana, en el oriente venezolano, sería complejo dadas las características de las costas y la densa selva. Cualquier operación de gran magnitud probablemente pasaría por Colombia, algo que el actual presidente Gustavo Petro ha rechazado repetidamente, aunque un gobierno futuro podría tener otra postura.
Maduro tiene otros aliados criminales, pero el ELN es, probablemente, el más poderoso —y sin duda, el más experimentado en combate—. Ha enfrentado al Estado colombiano por más de medio siglo y, gracias a su relación con Maduro, atraviesa uno de los momentos de mayor fortaleza en su historia.
Estas razones motivaron nuestra más reciente investigación, presentada esta semana junto con un evento presencial en Colombia. El tema trasciende las fronteras de Colombia y Venezuela y repercute en toda la seguridad regional. Lo invitamos a consultar el informe y a seguir nuestra cobertura a medida que evoluciona este escenario.