La violencia, venga de quien venga, es inaceptable. En un contexto donde la justicia debe ser imparcial y firme, resulta alarmante que casos de agresión como el reciente enfrentamiento en el Hospital Reforma de Oaxaca, que involucra a María Elena Ríos y su hermana Silvia Ríos Ortiz, queden aparentemente en el silencio institucional.
De acuerdo con diversos testimonios y reportes en redes sociales, la saxofonista, reconocida por su lucha por justicia tras ser víctima de un supuesto ataque con ácido en 2019, protagonizó un acto violento junto con su hermana contra Andrea Montserrat Ramos Gómez, presunta esposa del abogado defensor de Juan Antonio Vera Carrizal, su presunto agresor.
Las autoridades en silencio
La Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO), el Gobierno del Estado y la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO) no han emitido pronunciamientos oficiales sobre estos hechos. Esta falta de acción contrasta con otras situaciones recientes donde se ha exigido justicia y condena pública ante agresiones contra mujeres.
El Consejero Jurídico del Estado, Giovani Vásquez Sagrero, calificó las acusaciones de María Elena Ríos como falsas, respaldándose en documentos oficiales. Además, testigos en el hospital describieron un ambiente hostil generado por la presencia de las hermanas Ríos Ortiz, quienes presuntamente acosaron a la víctima antes del altercado físico.
Dudas sobre el atentado con ácido
Mientras tanto, en redes sociales, la mayoría de los comentarios condenaron la actitud prepotente de María Elena Ríos, recordando además los antecedentes de violencia relacionados con su familia. Asimismo, resurgieron dudas sobre el presunto atentado que sufrió, señalándose la posibilidad de que se tratara de un intento de extorsión.