En 2024, cuando los investigadores de InSight Crime recorrieron la frontera entre Estados Unidos y México, el tapón del Darién que separa a Colombia y Panamá, y Suramérica. Algo quedó claro: el crimen organizado ha tomado el control de la economía migratoria. Los grupos criminales ahora trafican, secuestran y extorsionan sistemáticamente a los migrantes, al mismo tiempo que los expulsan de sus hogares.
El año pasado, el tráfico de migrantes completó su transformación de una economía criminal terciaria a una importante fuente de ingresos para algunos de los grupos criminales más poderosos de la región.