Jeanette Vizguerra comprende demasiado bien la injusticia inherente al sistema de inmigración de Estados Unidos. El lunes pasado, agentes del Servicio de Inmigración arrestaron a Jeanette frente a su lugar de trabajo, en el estado de Colorado. Según se informó, los agentes se le “reían en la cara” mientras la llevaban a una cárcel para inmigrantes de la ciudad de Aurora que es administrada por la compañía penitenciaria con fines de lucro GEO Group. Al cierre de esta edición, Jeanette permanece detenida y enfrenta una probable deportación.
Durante casi 30 años, Jeanette Vizguerra ha forjado una vida en Estados Unidos, donde se ha convertido en una destacada activista y referente comunitaria por los derechos de los inmigrantes y otras causas de justicia social. El arresto de Jeanette evidencia que la campaña de deportaciones masivas anunciada por el presidente Donald Trump tiene a los activistas como uno de sus principales objetivos.
Jeanette, su marido y su hija de seis años huyeron de México en 1997, después de que él fuera amenazado de muerte a punta de pistola. La familia se estableció en Colorado. Allí, Jeanette se desempeñó como organizadora sindical del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU, por sus siglas en inglés); trabajó como voluntaria en la Coalición por los Derechos de los Inmigrantes de Colorado y en la organización American Friends Service Committee; y fundó las organizaciones activistas Dreamer’s Mothers in Action-Colorado, Abolish ICE Denver y Sanctuary4All. La activista realizaba todo esto al tiempo que trabajaba en numerosos empleos y daba a luz y criaba a otros tres hijos, todos ellos nacidos en Estados Unidos.
En 2009, Jeanette logró evitar su deportación luego de ser detenida en un control rutinario de tránsito. Años más tarde, en 2017, durante el primer Gobierno de Trump, fue sometida a un proceso de deportación y se refugió en una iglesia unitaria universalista de la ciudad de Denver, donde vivió con sus tres hijos pequeños durante algunos meses. Jeanette recibió en ese entonces una suspensión temporal de la expulsión del país, pero, cuando esta expiró en 2019, volvió a refugiarse. Durante el Gobierno de Biden, se le otorgaron a la activista nuevas suspensiones temporales de la deportación, pero estas han ahora expirado y la han dejado vulnerable a la campaña de deportaciones impulsada por Trump.
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