A medida que los países más ricos realizan profundos recortes en el gasto, tanto la ayuda internacional como los sistemas sanitarios nacionales se enfrentan a graves perturbaciones. Las previsiones indican que la inversión mundial en salud probablemente se reducirá hasta un 40% este año. Esta escasez de financiación está creando una emergencia financiera en materia de salud en muchos países en desarrollo, especialmente en el África subsahariana. |