Los jóvenes en la región enfrentan tasas de desocupación tres veces superiores a las de los adultos, y la informalidad que afecta al 60% de los que trabajan. La brecha de género sigue presente tras la pandemia, cinco de cada siete jóvenes que no estudian ni trabajan de forma remunerada son mujeres. Es necesario un diálogo social. |