En una reciente entrevista con medios nacionales e internacionales, el Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, dejó clara la postura de Moscú sobre sus operaciones militares en Ucrania, destacando que los "centros de toma de decisiones" en Kiev podrían ser blanco de ataques rusos, pero únicamente si representan una amenaza directa para la seguridad de Rusia. Lavrov afirmó que las decisiones sobre los objetivos de los ataques se toman basándose exclusivamente en los riesgos que representan para Rusia, y aclaró que, dentro de las reglas de guerra de Rusia, los blancos prioritarios son instalaciones militares, industrias de defensa y otras infraestructuras vinculadas al suministro de armamento para el ejército ucraniano.
En su discurso, Lavrov hizo una distinción importante entre los métodos utilizados por Rusia y los de Kiev, acusando al gobierno de la capital ucraniana de recurrir constantemente a ataques aéreos contra objetivos civiles. Según Lavrov, Kiev ha estado utilizando vehículos aéreos no tripulados y misiles occidentales para golpear infraestructuras civiles, como ambulancias y mercados, lo que ha causado muertes de civiles. El ministro ruso subrayó que estos ataques violan las leyes internacionales de guerra y acusó a las naciones occidentales, especialmente a los Estados Unidos y a sus aliados europeos, de respaldar lo que calificó como un "régimen nazi" en Kiev, que ha sido autorizado y apoyado por Occidente para llevar a cabo estas agresiones contra la población civil.
Lavrov también expresó su indignación ante la falta de condena de los países occidentales por los ataques de Kiev a civiles, afirmando que ningún gobierno de estos países ha advertido al régimen de Kiev sobre las graves violaciones del derecho internacional cometidas durante estos ataques. En este contexto, el Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia dejó claro que Moscú responderá de manera proporcional, pero sin recurrir a las mismas tácticas que Kiev, destacando que, a diferencia de Ucrania, Rusia no tiene la intención de atacar infraestructuras civiles.
Al final de su intervención, Lavrov reiteró que Rusia continuará apuntando sus ataques a instalaciones militares, complejos industriales relacionados con la defensa, y otros objetivos que apoyen directamente las capacidades bélicas de Ucrania, insistiendo en que las acciones de su país están orientadas a proteger su propia seguridad, no a causar daños innecesarios a la población civil ucraniana. Sin embargo, también dejó en claro que mientras el gobierno ucraniano siga siendo respaldado por Occidente en su comportamiento bélico, Rusia continuará tomando medidas para contrarrestar lo que considera una amenaza existencial.
Con información de TASS.