Tras el derrocamiento de Assad, ¿terminará el sufrimiento en Siria o comenzará de nuevo?

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Columna de Amy Goodman
Publicado 14/12/2024
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Amy Goodman y Denis Moynihan

El Gobierno sirio ha sido derrocado y el dictador Bashar al-Assad ha huido a Moscú. Assad y —antes de él— su padre, Hafez al-Assad, gobernaron Siria con extrema brutalidad durante más de 50 años. Tras el derrocamiento del régimen a manos de varias facciones rebeldes, la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnes Callamard, afirmó en un comunicado: “La población siria ha estado sometida a una larga lista de terribles violaciones contra los derechos humanos, que han causado un sufrimiento humano indecible y de enormes proporciones. […] Es preciso aprovechar esta oportunidad histórica y reparar las graves violaciones contra los derechos humanos cometidas durante décadas”.

La población de Siria se ha volcado a las calles y está derribando todo vestigio visible del régimen de Assad, se han abierto las innumerables cárceles establecidas por el régimen y liberado a miles de personas que estaban sometidas a condiciones horrorosas de confinamiento. El grupo armado que lideró la ofensiva final, Hayat Tahrir al-Sham, o HTS, era hasta hace tan solo una década un aliado de al-Qaeda, y Estados Unidos, la Unión Europea, el Reino Unido y Turquía siguen considerándolo una organización terrorista. El líder del grupo, Abu Mohammed al-Jolani —que ahora se identifica con su verdadero nombre, Ahmed al-Sharaa—, afirmó que está centrado en reconstruir el país de forma inclusiva. Ahora bien, la pregunta es: ¿permitirán Estados Unidos y los principales vecinos regionales, como Turquía e Israel, que los sirios construyan el Estado independiente que se merecen?

La arquitecta y escritora siria Marwa Al-Sabouni habló con Democracy Now! desde Homs, poco días después de que esa ciudad fuera liberada gracias a la ofensiva relámpago del grupo armado Hayat Tahrir al-Sham: “La atmósfera general [que se percibe aquí] es de alivio, de alegría, de celebración, pero también se siente un trasfondo de aprensión e incertidumbre. […] A nuestro alrededor se presentan varios peligros, principalmente en relación con las potencias extranjeras, que estudian con atención el mapa de Siria, proponen su división y planifican su futuro, aprovechando el vacío [de poder] y la ausencia de referentes sirios en la escena política del país, producto de [años de] opresión”.

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© 2021 Amy Goodman
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
Traducción al español de la columna original en inglés. Edición: Democracy Now! en español.
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