Si lo llaman guerra comercial será porque llega un momento en el que lo importante no es por qué luchas, sino aplastar al contrario. Lo importante es no retroceder, responder al ataque con más ataques, demostrar al resto del mundo de lo que eres capaz. Así que sí, supongo que podemos decir que esto es la guerra. Ya veremos quiénes son las víctimas. Estados Unidos eleva los aranceles a China, otra vez: en un día han pasado del 104% al 125%. Horas antes, Pekín había respondido a Trump con aranceles al 84% para EEUU. ¿Volverá China a subirlos? Dicen los analistas que no tiene pinta de ceder. La buena noticia es para el resto del mundo: salvo para China, Trump anuncia una pausa de 90 días a los aranceles previstos, que quedan por ahora al 10%. Esa decisión ha provocado un cierre muy positivo de las bolsas en EEUU. Dicen en la Casa Blanca que es su gesto para empezar a negociar con los países que se han tragado su arancel abusivo "sin represalias" ni echar pulsos como China. "Se mueren por tener un acuerdo. 'Por favor, por favor, haré lo que sea, señor, haré lo que sea'", ha dicho Trump con chulería. La UE contiene la respiración. A España se le puede complicar el equilibrio por una cuestión de agenda: Pedro Sánchez está de visita oficial en China. El secretario del Tesoro de EEUU ha advertido a España de que acercarse a China "sería como cortarse el cuello". ¿Era todo efectivamente solo un farol, una amenaza, una manera de demostrar poder y ganar terreno? No tenemos muy claro si estamos al principio o al final de la crisis. Y en ese caos, solo ganan los señores de la guerra. |