Kilmar Abrego García, uno de los desaparecidos de Trump

¿No puede ver correctamente este e-mail? Haga click aquí.
Columna de Amy Goodman
Publicado 12/4/2025
Baje el audio

Este audio se publica los viernes después de las 2:00 p. m. (ET). Si el link del audio no funciona, visita nuestra web.
Amy Goodman y Denis Moynihan

En marzo de 2023, Donald Trump dijo ante la Conferencia de Acción Política Conservadora: “En 2016 declaré que iba a ser la voz de todos ustedes. Hoy agrego que seré su guerrero. Seré la justicia para quienes han sido agraviados y traicionados; seré su venganza”.

Desde que asumió la presidencia, Trump ha sido fiel a su promesa de tomar represalias, como lo ha hecho con las deportaciones masivas que había anunciado y su constante demonización de los inmigrantes.

Tomemos, por ejemplo, el caso de Kilmar Abrego García, un ciudadano salvadoreño que abandonó su país a los 16 años. La madre de Abrego García administraba un próspero negocio de alimentos, pero una banda criminal local había extorsionado a la familia y amenazado con matar al joven. Abrego García huyó entonces a Estados Unidos y se instaló en el estado de Maryland, donde trabajó como jornalero. En 2019, durante el primer mandato de Trump, Abrego García fue arrestado y acusado sin pruebas de ser miembro de la pandilla salvadoreña MS-13, también conocida como Mara Salvatrucha. En una audiencia de inmigración celebrada en ese entonces por el propio Departamento de Justicia del Gobierno de Trump, Abrego García fue absuelto de cualquier vínculo con las pandillas y se le concedió asilo debido a los peligros que corría si era obligado a retornar a El Salvador.

Abrego García fue puesto en libertad y se le concedió un permiso de trabajo. Reanudó su vida en el estado de Maryland junto con su esposa, que es ciudadana estadounidense, y sus tres hijos. Abrego García tenía empleo como aprendiz de chapista y era miembro de un sindicato cuando el 12 de marzo pasado fue nuevamente arrestado, sin orden judicial, por el Servicio de Inmigración de Estados Unidos. El hombre fue trasladado inicialmente a Baltimore y más tarde le dijo a su esposa por teléfono que creía estar en el estado de Luisiana. La última vez que pudo comunicarse con alguien fue el 15 de marzo, cuando llamó a su esposa desde el estado de Texas y le dijo que lo iban a enviar al Centro de Confinamiento del Terrorismo, o CECOT, una tristemente célebre megacárcel de máxima seguridad de El Salvador. Desde entonces, no se ha tenido noticia alguna de Kilmar Abrego García.

Más...

© 2021 Amy Goodman
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
Traducción al español de la columna original en inglés. Edición: Democracy Now! en español.
Por favor escríbanos a spanish@democracynow.org para avisarnos donde se publica y también si hay estaciones de radio que quieran emitir el audio.