Primero vinieron por Mahmoud Khalil

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Columna de Amy Goodman
Publicado 5/4/2025
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Amy Goodman y Denis Moynihan

La campaña de persecución que el Gobierno de Trump está llevando a cabo contra estudiantes extranjeros acusados de sostener opiniones que no le agradan se está intensificando y ha sembrando el miedo, separado familias y forzado a muchas personas a vivir en la clandestinidad o a abandonar Estados Unidos. Esta campaña atrae de manera particular al presidente Trump y a sus seguidores, ya que refuerza tres pilares del denominado movimiento MAGA, siglas del eslogan de campaña trumpista “Make America Great Again” (“Hagamos a Estados Unidos grande de nuevo”, en español). En primer lugar, ataca a las universidades, históricamente desacreditadas como bastiones del progresismo. En segundo término, aviva el resentimiento contra las personas migrantes, un sentimiento promovido durante años por figuras como el asesor de Trump Stephen Miller. En tercer lugar, al tener como blanco a activistas que han expresado su solidaridad con Palestina en los campus universitarios, se refuerza la falacia de que criticar al Estado de Israel equivale a antisemistismo, pese a que muchos de quienes se manifiestan son precisamente judíos. Esto permite atacar al mundo académico y, a la vez, encubrir la limpieza étnica que Israel está llevando a cabo en Gaza, que ha sido recientemente reactivada. La historia nos enseña que permanecer en silencio mientras otras personas desaparecen no es una buena estrategia, ya que la próxima persona que agentes federales enmascarados detengan en la calle podrías ser tú.

Mahmoud Khalil, que completó sus estudios de posgrado en la Universidad de Columbia en diciembre, fue uno de los primeros en ser arrestado, el 8 de marzo. Khailil era un residente legal de Estados Unidos, ya que contaba con una tarjeta de residencia permanente, actualmente revocada. Su esposa, la doctora Noor Abdalla, es una ciudadana estadounidense que está a punto de dar a luz al primer hijo de la pareja. Embarazada de ocho meses, Noor filmó el momento en que su esposo era arrestado al tiempo que ella hablaba por teléfono con la abogada de este. Mientras los agentes vestidos de civil arrastraban a Mahmoud hacia un vehículo sin identificación, Noor intentó averiguar —sin éxito— sus identidades.

Mahmoud participó en las protestas de solidaridad con Palestina que comenzaron a fines de abril de 2024 en la Universidad de Columbia y desempeñó un rol como negociador, aceptado tanto por los manifestantes como por las autoridades universitarias. Por tanto, Mahmoud tuvo un papel público destacado en el primer gran campamento estudiantil de protesta contra la ofensiva israelí en Gaza, que generó acampadas similares en todo Estados Unidos. Es muy probable que esa sea la razón por la que Mahmoud fue escogido para ser deportado. El activista ha estado detenido desde el 9 de marzo en una cárcel del Servicio de Inmigración situada en la localidad de Jena, en el estado de Luisiana. Un juez federal ha bloqueado la deportación de Mahmoud mientras su equipo legal continúa luchando por su liberación. 

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© 2021 Amy Goodman
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
Traducción al español de la columna original en inglés. Edición: Democracy Now! en español.
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